¿QUIEN ERA EL CONDE LUCANOR?

El conde Lucanor es una obra narrativa de la literatura castellana medieval escrita entre 1331 y 1335 por Don Juan Manuel,[1]​ Príncipe de Villena y nieto del rey Fernando III de Castilla. Su título completo y original en castellano medieval es Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor et de Patronio. Compuesto por 5 partes, la más conocida es una serie de 51 exempla o cuentos moralizantes tomados de varias fuentes, como Esopo y otros clásicos, así como de cuentos tradicionales árabes. La «Historia del deán de Santiago y el mago de Toledo» (cuento XI) tiene semejanzas con cuentos tradicionales japoneses, y la historia de una mujer llamada Doña Truhana (cuento VII) —el «Cuento de la lechera», pero ligeramente variado— ha sido identificada por Max Müllercomo originada en el ciclo hindú Pancha-tantra.
El conde Lucanor
de Don Juan Manuel Ver y modificar los datos en Wikidata
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Incipit del Conde Lucanor. Manuscrito de los ss. XIV-XV. Signatura: MSS/6376, BNE, fol. 126v.
GéneroProsa Ver y modificar los datos en Wikidata
Edición original en castellano medieval Ver y modificar los datos en Wikidata
PaísCorona de Castilla Ver y modificar los datos en Wikidata
Fecha de publicación
Edición traducida al español
TítuloEl conde Lucanor
Traducido porEnrique Moreno Baez
EditorialCastalia
CiudadValencia
PaísEspaña
Fecha de publicación1976
El Conde Lucanor fue escrito, muy posiblemente y en una parte bastante grande, en el castillo de Molina Seca, hoy Molina de Segura, en Murcia, pues en la época en que se escribe, tanto el recinto amurallado como la villa, formaban parte de los dominios del Infante Juan Manuel, donde pasaba largas temporadas. La importancia del enclave residía en que se hallaba a escasas leguas de Murcia capital, en el camino de su entrada desde el valle del río Segura, y donde mantenía pleitos por su dominio.
El propósito didáctico y moral es la marca del libro. El conde Lucanor empieza la conversación con su consejero Patronio planteándole un problema («Un hombre me ha hecho una propuesta…» o «Temo que tal o cual persona intenta…») y solicita consejo para resolverlo. Patronio siempre responde con gran humildad, asegurando no ser necesario dar consejo a una persona tan ilustre como el conde, pero ofreciéndose a contarle una historia de la que este podrá extraer una enseñanza para resolver su problema. Los cuentos son exempla, género asentado en la tradición literaria medieval.

Cada capítulo termina más o menos de la misma forma, con pequeñas variaciones: «Et entendiendo don Johan que estos exiemplos eran muy buenos, fízolos escribir en este libro, et fizo estos viesos en que se pone la sentençia de los exiemplos. Et los viessos dizen assí». El libro se cierra con un pareado que condensa la moraleja de la historia. Luego viene al final de cada cuento una extraña frase: «y la historia de este ejemplo es esta que se sigue». Esto es de difícil interpretación, puesto que no viene nada además de eso. Autores como José Manuel Blecua afirman que puede ser debido a que hace alusión a una miniatura que debió de existir en el códice original, donde se plasmaba la narración anterior.

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